Javier Urdaci Uceda | Arquitecto Técnico

Poco se sabe del origen y construcción de estas galerías. La hipótesis principal es que no se construyeron como una edificación destinada a un uso concreto, sino como una infraestructura urbana para rellenar el foso existente. En efecto, está documentada la construcción de un foso en el siglo XV frente a la torre del Chapitel, donde se situaba uno de los accesos que franqueaban la antigua muralla de la ciudad. Con posterioridad, tanto este foso como otros situados frente a otras puertas a lo largo de la muralla fueron colmatados. En vez de aportar grandes volúmenes de tierra, pudo ser más fácil en ese momento construir estas bóvedas a modo de relleno del foso. Esto explicaría su deficiente factura y la ausencia de accesos, al estar destinadas a quedar enterradas y no vistas.

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Se considera prioritaria la reducción del grado de humedad de las galerías, causante de los principales deterioros, como condición previa para su puesta en uso. Se considera muy necesario recuperar la ventilación natural de las galerías por ambos extremos, que ayudará a paliar en gran medida el problema, así como realizar complementariamente un tratamiento de los paramentos de piedra.

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